viernes, 27 de junio de 2008

Una historia que es parte de mi historia

El baúl de los recuerdos se destapa de cuando en cuando especialmente "cuando uno de esos cuandos" recuerda un hecho memorable, histórico, luctuoso, sentimental o rutinario según sea el sentimiento de quien se goce con la remembranza.

Hoy escuché un par de veces en dos emisoras de esta ciudad sendas entrevistas a don Roberto Castro Polanía -Director, Gerente y/o propietario- con motivo del cumpleaños 45 de la emisora Radio Sur. Preguntas van y preguntas vienen sobre sus comienzos, lugares, personajes, programas y cuanto en ese momento al acucioso entrevistador se le antoja. En calzas prietas, como decían los antiguos, se vió en algunas don Roberto para responder especialmente cuando por su juventud o asuntos familiares no fue testigo presencial de la historia total de la emisora. (A mis lectores no vinculados al municipio de Pitalito aquí en Colombia, don Roberto Castro Polanía es uno de los hijos de la respetable familia Castro Polanía conformada por doña Fanny y el médico Manuel, ya fallecidos y gestores de la emisora Radio Sur y de la Clínica María Uxiliadora).

Pues bien, como tengo algunas "acciones en esa bolsa sentimental de valores" me obligo a rescatar para dejar por sentado, como en notaría alguna, ciertos hechos, hitos, motivos y anécdotas que endulzan más o menos 25 de esos 45 años de vida radial en la emisora de mis entretelas. Página obligada para adentrarse en su devenir es la que aparece en la sección Nuestra Historia del sitio web de la emisora y desde allí empiezo, querido lector.

Radio Sur comenzó su transmisión de prueba aún siendo alcalde don Héctor Polanía Sánchez tal como lo relaté en artículo que para recordar su deceso escribí el año pasado1. Entré a la planta de locutores haciendo pareja con Darío Silva Silva como uno de los dos primeros locutores de la emisora en transmisión de prueba bajo la entusiasta pero estricta dirección de don Héctor Polanía Sánchez. Allí quienes sabíamos de radio éramos Darío y yo, pero a don Héctor no le faltaba buen juicio, inteligencia, cultura y sentido común suficientes para sentirnos bien dirigidos.
Darío Silva Silva

La experiencia radial de Darío comenzó en Radio Garzón y luego se continuó en la primera del Huila: Radio Neiva antes de llegar a Radio Sur. La mía, más completa, igualmente se inició en Radio Garzón luego de mi grado como bachiller, pasé a Radio Neiva en donde ya estaba Darío por recomendación de éste; hice tránsito en La Voz del Huila y en Armonías el Sur antes de "pasar el examen" en Radio Sur. Así pues, me cabe ser el cogestor del arranque radial de la emisora que en este mes se felicita.

Pero hay alguien más a quien la caben merecidas puntadas de reconocimiento: Gustavo Carvajal, el control de audio a quien pomposamente llamábamos Ingeniero de Sonido y quien trabajó en Radio Garzón y Radio Neiva con Darío, fue el primer control en mis pinitos como locutor en Garzón. Luego era un equipo en donde nos conocíamos nuestros sistemas de trabajo aunando experiencias al servicio de la recién nacida Radio Sur. Había suficientes garantías para hacer las cosas muy bien.

No recuerdo como primer control de planta a Noel Vargas; quizá lo fue esporádicamente. Noel era el operario maquinista de los equipos de proyección del, en estos momentos del relato, Teatro Laboyos próximo a ser inaugurado con la película Las Zandalias del Pescador. Pero sí recuerdo a los Plazas: Alda Plazas, primera control, y a su hermano cuyo nombre se me escapa y quien pasara con el tiempo a controlar sonidos en la Radiodifusora Nacional de Colombia. En resumen la planta de la emisora la formamos en principio dos locutores, uno -o ¿dos?- controles de audio y un gerente-director en Estudios; un transmisorista y José Cristóbal Cárdenas encargado del mantenimiento eléctrico. Darío y yo éramos locutores, discotecarios, programadores, libretistas y productores. Gabriel Molina Vázquez, el famoso "Gorrión" carnal de don Héctor y hermano del entonces -creo- personero Municipal Roberto Molina, era el patinador enlace del "exterior" con la emisora en todos los campos.

Semanas previas a la terminación de la transmisión de prueba, Darío y yo estructuramos la programación para el lanzamiento de la emisión comercial. Nada se radiaba al acaso. Absolutamente todo estaba juiciosa e inteligentemente programado: música de acuerdo con su horario de transmisión y duración del espacio según el tipo de género radiado. Así mismo se controlaba la participación vocal del locutor-presentador. El locutor no era la "estrella" del programa, lo era la calidad del programa especial: clásica (¡Sí, clásica en Pitalito!), internacional (Rusa, francesa, italiana, española, mexicana, lucitana, brasileira...) orientada por don Héctor; tangos-valses y milongas...; colombiana del interior, juvenil -twist, rock and roll, baladas...- y así por el estilo reservando al fin de semana la música bailable pero con orquestas de renombre.

Los programas muy especiales como la música clásica, el Jazz, Bossa Nova, Tangos y de artistas, orquestas y conjuntos de renombre (Paul Anka, Los Beattles, César Costa, Rocío Durcal, Alejandro Juzmán...) y del recuerdo eran exquisitamente escritos y seleccionados. ¡La calidad antes que todo y había cerebros que la garantizaban!

Don Héctor Polanía Sánchez

La historia bien recuerda los programas Amanecer en el Campo que yo iniciaba a las seis de la mañana luego de tomarme un aguardiente doble en la tienda de la esquina, para aclarar la garganta era la excusa, propiedad de un paisa "cumbambón"; Temas del Medio Día, que pasaba después -¿o antes?- del noticiero incluyendo piezas clásicas ligeras y música internacional de tono suave; el noticiero Momento Regional, inicialmente de un cuarto de hora, escrito por Don Héctor, Darío y el médico Manuel Castro que leía Darío con mi voz comercial. Allí se mezclaban noticias de Washington, Pitalito, Neiva, Puerta de Chillurco...

Poco se menciona, si no es que nunca, el programa Momento Deportivo, de mi creación, reportería y locución que pasaba luego de Momento Regional durante quince minutos. Fue el primer programa radial deportivo en el sur del Huila siendo dirigente municipal en ese entonces Edmundo Aljach Zajar.

Capítulo aparte merecen los espacios Tiempos Viejos y Mirador de la Semana. Tiempos Viejos que en horario nocturno se hacía casi exclusivamente con discos de 78 rpm enviados por los oyentes de la ciudad y del campo. Verdaderas joyas musicales a las que se les perdonaba el salto de surco y el jizz o el scratch aunque previamente se lavaban los viejos discos minuciosamente. En él se conocían los sellos RCA "La voz del amo" y Brunswick, "Grabación eléctrica jamás igualada" en donde los intérpretes eran precedidos por el respetable Señora, Señorita, Señor o Don.

Mirador de la Semana, con inicialmente cuatro horas de duración fue el programa bandera de la emisora. Digo fue por que en mis tiempos y mientras fui locutor y luego en tres oportunidades director artístico y general de la emisora, el espacio reducido a dos horas siendo el consentido de doña Fanny Polanía, su gerente en ese tiempo luego de la salida de don Héctor, se estructuró con un profesionalismo tal que en sus libretos se medía con minutos y segundos tanto las secciones de resúmenes noticiosos como las entradas musicales, cortinas, golpes sonoros y separadores de audio. Nadie, absolutamente nadie en la historia de ese ese programa fue capaz de repetir mis libretos que doña Fanny guardó como ejemplo "para futuras generaciones" de productores como lo atestigua el hombre de radio Medardo Castro León.

Y quien lo creyera, casi 30 años después cuando luego de mi jubilación en el SENA regresé a Radio Sur, me re encuentro con un Mirador de la Semana de una hora que los locutores leían directamente de la prensa dominical. Y fue precisamente a causa de la irresponsabilidad del productor de audio y de los encargados de las secciones a pregrabar en un domingo hace unos tres o cuatro años, que siendo yo director del programa con guiones y libretos que aún conservo, tuve que renunciar a la emisora luego de un altercado con el gerente don Roberto Castro. Tomé entonces la determinación de retirarme totalmente de la radio, hasta el sol de hoy.

Pero siguiendo con el hilo de los recuerdos, las voces femeninas de Ruth Segura Carvajal2 y de Yineth Ramírez, fueron ingresos muy posteriores a la consolidación programática de la emisora. La primera fue Yineth quien para conducir un programa vespertino de música romántica tuvo que sufrir las repetidas recitaciones a don Héctor del poema Canción de la Vida Profunda, para pulir su dicción antes de "soltarle micrófono". Poco duró en la emisora por que la hice mi esposa con el amadrinamiento de doña Fanny Polanía. Luego llegó "La voz de oro" de Ruth, grave y sedosa que embrujó de entrada.

A la emisora en el segundo piso del Teatro Laboyos, como ya lo relaté en anterior artículo, subíamos por escalera provisional de madera desde el andén sobre la carrera cuarta entre calles octava y novena para entrar por una ventana al no estar habilitada aún la entrada por el primer piso del teatro Laboyos. Era un área pequeña que albergaba una discoteca cuyos muebles aún se conservan, una cabina de locución celosamente insonora y una oficina del director de la emisora. En las áreas descubiertas se ubicaba casi que estrechamente el "Máster" o lugar para la consola de sonido, dos tornamesas y una mesa de madera que sostenía un radio grande de tubos de onda corta para enlazar con la BBC de Londres o con la Voz de los Estados Unidos de América. En el otro lado un viejo escritorio de madera con una máquina de escribir Rémington de teclas redondas. Allí se escribían libretos, progrmas y noticias.

Mis recuerdos saltan, dejando un vacío que no he podido resolver, a la nueva ubicación de la emisora diagonal al almacén Yep en el tercer piso del edificio en donde funcionaba el Club del Comercio. Ya era gerente en ejercico de la emisora doña Fanny quien tenía su oficina frente a la cabina de locución en donde de dos hilos de naylon colgaba el micrófono único y principal.

Doña Fanny Polanía de Castro

La emisora gozaba en ese entonces de la categoría de empresa cuyos negocios fueron rescatados por doña Fanny salvando a la emisora de la quiebra. En manos de don Héctor y del médico Manuel todo era entusiasmo, política, y una especie de engolocinamiento con un juguete nuevo en donde las entradas y las salidas de dinero no se cojugaban. Era tal el regocijo que a todos nos embargaba, que ninguno pensaba en ventas de propaganda.

El director de la emisora y el encargado de las ventas era un señor de apellido Pinto. Solamente el producir radialmente para una audiencia que nos tenía en un pedestal era nuestro único fin antes de la época de doña Fanny. Nada mas importaba. Si hasta a los radios que por intermedio de la Caja Agraria, en el piso de abajo, vendía a los campesinos la Radio Sutatenza, nosotros por dos pesos modificábamos una de las bobinas para sintonizar automáticamente a Radio Sur. Teníamos una considerable audiencia cautiva.

En ese edificio, una mañana estando yo de turno de locución y mientras estudiaba contabilidad en una de las cartillas que me enviaba el Instituto Técnico Americano de las Escuelas Internacionales, el micrófono se meció bruscamente casi golpeándome la frente. Era un temblor muy fuerte, salí de la cabina y me encontré con doña Fanny que con los brazos abiertos se apoyaba en el dintel del marco de la puerta de su oficina. "Está temblando, Jorge" le oí decir. Bajé con toda la agilidad de mi juventud pensando en mi primer hijo, solo en su cuna de un segundo piso. A mis espaldas bajó el administrador del club; vi como se venía abajo sobre mí la parte alta de la fachada del Almacén Suyo casi al frente de la emisora y di un brinco que salvó mi vida pero pero no la del administrador del Club que corría detrás. Fue el famoso terremoto que destruyó las edificaciones viejas del colegio La presentación, el colegio Departamental, La anexa, el muro de la cárcel municipal, el coliseo de ferias... y decenas de casas y construcciones. Su epicentro estuvo en Campoalegre.

En ese desgraciado acontecimiento Radio Sur fue la única fuente inmediata de comunicación. La planta Líster de ACPM en transmisores entró a funcionar y desde allí o desde estudios se transmitieron infinidad de mensajes esperanzadores unos, tristes y luctuosos otros. Una vez más Radio Sur se incrustaba en la historia de la región laboyana.

También le cabe a Radio Sur y con beneficio de inventario al noticiero Momento Regional hábilmente manejado en lo político por Don Héctor, el médico Manuel y Darío Silva, la campaña para llevar al Senado de don Héctor y luego del Dr. Castro a la Cámara. El bastión laboyano era godo manejado por Radio Sur mientras que los liberales empezaban a crecer de mano de los Pino (A los liberales se les cobraba el doble y de contado por adelantado sus intervenciones radiales en campaña). Al menos de eso me daba cuenta sin ser yo político ni meterme en asuntos que jamás me llamaron o llaman la atención.

Para dedicarme a mi nueva profesión de Tenedor de Libros -Contador para el medio- que estudié mientras sonaba el disco que recién anunciaba en cabina, renuncié nuevamente a Radio Sur, con el pedido de doña Fanny de continuar con la revista Mirador de la Semana. Al cabo de unos meses decidí trasladar mis aspiraciones a Neiva y luego de un breve paso por la emisora Armonías del Sur fui llamado por Radio Colosal para leer las tres emisiones del Noticiero Colosal ante la inminente salida de su titular Darío Silva. Una cuña que leí en uno de los noticieros convocaba a concurso para Contador en la Cooperativa Agropecuaria del Huila, concurso que gané para el cargo que desempeñé por algo más de un año hasta que el SENA me convenció de que concursara para instructor de Contabilidad. Ganar ese concurso fue la causa de mi retiro por más de veinte años del ajetreo radial. Esa es otra historia. En diciembre 31 de 1994 se dio mi retiro del SENA por jubilación y en 1996 estaba de nuevo trabajando como director artístico en Radio Sur.

Es bueno recordar otras dos personas y sus hechos significativos para la emisora: Don Juan Pablo Cantillo, cuando fue director, contra viento y marea logró la conexión satelital con la cadena básica de RCN y Antena 2, lo que le dió prestancia e imagen sobre la competencia. Sus equipos de recepción inicialmente en comodato o arriendo fueron luego comprados cuando ejercí una de las direcciones de la emisora.

Juan Pablo Cantillo

El otro fue el patriarca Medardo Castro, uno mas de los directores que pasaron por Radio Sur, quien en una de esas ausencias de gira al exterior de los esposos Castro-Polanía se aventuró casi a hurtadillas a comprar un nuevo transmisor2. Según me cuenta el viejo Medardo, fue toda una hecatombe al regreso de los turistas que casi le obligan a devolver el transmisor.

Medardo Castro León

Siempre tuve la fortuna para la emisora de ser acogido en mis peticiones de nuevos equipos. Entre ellos la consola digital AEQ que actualmente está en funcionamiento. Con la vinculación de don Roberto Castro a los intereses de la emisora desde su residencia en los EE. UU. conseguía los equipos que le solicitaba y que llegaban con su presencia semestralmente a Pitalito. No escatimaba inversión económica en computadores, micrófonos de una y otra clase, software y equipos varios, en fin todo cuanto le solicitaba. Radio Sur nada tenía ni tiene que envidiarle en equipamiento a las demás emisoras de Pitalito y municipios vecinos. Únicamente una falencia que es el comienzo de una larga agonía: Frecuencia FM o cambio del transmisor principal por uno de estado sólido.

Además fue durante mucho tiempo la única emisora que mantuvo con contratos laborales de tiempo completo a todos sus trabajadores. Ninguno trabajaba a comisión y si las ganaban eran adicionales al salario y a todas las prestaciones sociales de ley.

No puedo terminar esta nuestra historia sin recordar los dos últimos programas que escribí y presenté antes del retiro definitivo a mis cuarteles de invierno: Mirador de la Semana, como ya lo relaté anteriormente, y "Usted, el Tango y Yo", programa semanal que pasaba los viernes en la noche y cuyos libretos aún guardo como recuerdo.

Hoy Radio Sur, ubicada en una preciosa casona morada que fuera de Don Héctor en el centro de la ciudad, parece arrinconada entre claros y oscuros a donde se llega como si se entrara a un centro comercial. Aún mantiene su aspecto de empresa doméstica viviendo de los recuerdos y convencida de que su sintonía de antaño es la que la sostiene económicamente. Otra es la realidad. Necesita de una nueva imagen y una seria estrategia comercial que pueda competir con las tres emisoras locales, dos emisoras de san Agustín y una en Timaná todas ellas con oficinas comerciales en Pitalito. Este nuevo aniversario con seguridad, aunque sea el último para quienes aún supervivimos en esta historia, debe ser un renacimiento para que la emisora que hace 45 años se anunciaba: "Aquí está Radio Sur, transmitiendo desde Pitalito..." continúe siendo el bastión y la madre respetable y respetada de la radio en el sur del Huila. Así la quiero ver.

Notas.- 1. Al recordar un año más la muerte trágica de don Héctor Polanía, escribí el año pasado en el artículo "Cuando los recuerdos se vuelven tristes", cómo fue mi ingreso a Radio Sur.
2.Con Ruth Segura hice en vivo a dos voces, y directo en cabina, dramatizaciones de cuentos clásicos infantiles en horario posterior a la salida de la matinal infantil los domingos en el teatro Laboyos.
3. Al final de los tiempos, doña Fanny me contaba que en las épocas de bonanza los ingresos de la emisora les permitía viajar de vacaciones al exterior. En la emisora se comentaba que la Caja Menor de doña Fanny la formaba el ingreso en efectivo por publicidad esporádica o eventual por cuñas sueltas o complacencias en el Día de las Madres. Bien merecido.

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