miércoles, 10 de octubre de 2007

Suicidios y suicidas

En uno de los tantos días en que mi mujer me despierta con una taza de café negro acompañada con las noticias más destacadas del noticiero mañanero, me despabilo con el suicidio de un adolescente de familia conocida por más de uno en este mi pueblo-ciudad. De inmediato surgen las preguntas de Quien, Como, Cuando, Donde y Con que. La red de conjeturas se comienza a apretar con voces de censura, dudas y cuestionamientos. ¿Será que ha llegado el ciclo de suicidios así como programadamente llegan el Niño, la Niña, las tormentas solares de cada once años y la temporada de huracanes?


La pregunta va por que aún están vivas las imágenes televisivas del frustrado suicida en uno de los puentes bogotanos y casi ayer no más el heroico rescate de otro desesperado en lo altísimo de otro puente en el Tolima, y el intento de un adolescente en un juzgado de menores, todo un espectáculo mediático con despliegue de entrevistas a sociólogos, sicólogos, antropólogos y cuantos “ólogos” encuentren a mano los noticieros, sin olvidar los infaltables teólogos, cardenales, obispos y curas. Como si hubiese llegado la temporada de suicidios.

¿Valientes o cobardes? ¿Pecadores o dementes? Vaya uno a saberlo. Cada quien juzgará según su punto de vista, creencias y sentimientos. El que se quiere matar lo hace “de una” bien sea por desespero, patriotismo, honor o fe; quien quiere mostrar su desesperanza, dolor o frustración, simplemente lo intenta. Seguirán corriendo ríos de tinta y bytes en estudios y conclusiones por que este tipo de muertes no se detendrán mientras exista vida. Juristas, teólogos y gente de a pie de las más disímiles profesiones y oficios sientan cátedra, doctrinas o se atreven a opinar temerariamente como aquí lo hago. En nuestros días la Web está llena urrencias en español.

En el Antiguo Testamento el caso más desgarrador y hasta morboso en su relato es el suicidio, tras tres cruentos intentos, del anciano “Padre de los judíos” en su tiempo, Razías, ejemplarizado en el libro precristiano de Macabeos (2M 14:37- 46) (1). En la Era Cristiana, a mediados de abril del 74, se presenta el famoso suicidio masivo de novecientos ochenta hombres, mujeres y niños zelotes en el enclave judío de Masada, que ni fue masivo ni fue suicidio aunque así lo haya mostrado Hollywood en un par de películas, narrado en algunos libros y detallado en documentales de televisión. Aún así esas muertes, en donde los hombres mataron a sus mujeres y niños para luego ser muertos en forma consentida por diez de sus compañeros y que al final nueve de estos dejaran la vida a manos de uno quien sí terminó suicidándose sin antes incendiar lo que quedaba de la fortaleza de Masada, reflejan la entrega de sus vidas para no caer en manos de los idólatras romanos. “Muramos sin ser esclavos de nuestros enemigos y dejemos este mundo como hombres libres en compañía de nuestras mujeres e hijos. Eso es lo que ordena la Ley”. Fue la arenga final de Eleazar, su líder, según relato de Josefo tomado de la única sobreviviente en declaración a sus captores. (2)

En el 67 d. de C, este sí suicidio masivo, cinco mil judíos se quitaron la vida cuando se dieron cuenta de la toma inminente de su pueblo Gamala a manos de los romanos y en una demostración de fanatismo religioso. Muertes auto inflingidas o provocadas no para dejar esta vida evitando afrentas indignas a su nobleza o a su Ley si no para alcanzar “la otra” en la resurrección primeramente anunciada por los profetas Daniel y Ezequiel.

En la medida en que se avanza en la investigación de muertes por suicidio como que uno se sumerge en ese “por qué” y tiende a dar la razón a quienes así lo hicieron pero en una o unas de las determinadas categorías en que los estudiosos han cuadriculado esta muerte voluntaria o consentida.(3)

Muy distinto es el auto ahorcamiento de Judas Iscarioti cuya muerte, para mí, es un asesinato de la historia hoy difícilmente disimulado con la etiqueta de suicidio.

Antes de pasear por la historia del suicidio en Colombia de manos de Diego Andrés Roselli Cock, médico neurólogo e historiador, lo invito, querido lector, al siguiente resumen de ilustres suicidas en la historia universal de las letras y las artes.

(1)Biblia de Jerusalén
(2)El escándalo de los rollos del Mar Muerto, M. Baigent y R. Leigh
(3)Véanse un par de clasificaciones bajos los subtítulos Valoraciones morales del suicidio y Visión sociológica del suicidio

Fotografía de bless youu en Flickr

5 comentarios:

Carlos Julio dijo...

Saludos don_jorge.

Es lamentable que las personas no aprecien su vida ya que nuestros cuerpos no nos pertenecen, como cita la Biblia en 1a. de Corintios, en la versión de Jerusalén:

1Co 6:19 ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis?
1Co 6:20 ¡Habéis sido bien comprados! Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo.


Los libros de macabeos que están en la versión de Jerusalén, que fueron adaptados de la griega de los LXX o septuaginta, no son inspirados por Dios y rayan en lo que tú citaste: morboso, ridículo e increíble.

Leyendo esos textos oscuros agregados a la Santa Biblia por el Vaticano para desprestigiar al movimiento protestante de Lutero y otros, noto que son una prueba de insulto a la Palabra del Señor, ya que este supuesto hombre se clava una espada, se tira de un muro hacia abajo a la tropa y por si esto fuera poco se "arranca las entrañas" (...) resulta una lectura inverosímil y muy desagradable.

Puede que mi comentario no vaya acorde con tu post, pero me pareció apropiado citarlo.

La Santa Biblia declara y revela su inspiración directa del Altísimo y borra cualquier duda (para los creyentes) acerca de su autoría, de la misma versión de Jerusalén, cito:

2 Timoteo 3:16 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia;

Y sabemos de antemano que si la Escritura es de Dios, y Él es Santo y Perfecto, su producto así también lo es.

Pero esta deducción lógica que apenas requiere de esfuerzo intelectual en concluir, no va acorde al texto citado en el mismo libro apócrifo de Macabeos que relata:

2Macabeos 15:37 Así pasaron los acontecimientos relacionados con Nicanor. Como desde aquella época la ciudad quedó en poder de los hebreos, yo también terminaré aquí mismo mi relato.

2Macabeos 15:38 Si ha quedado bello y logrado en su composición, eso es lo que yo pretendía; si imperfecto y mediocre, he hecho cuanto me era posible.

2Macabeos 15:39 Como el beber vino solo o sola agua es dañoso, y en cambio, el vino mezclado con agua es agradable y de un gusto delicioso, igualmente la disposición grata del relato encanta los oídos de los que dan en leer la obra. Y aquí pongamos fin.


Esta mediocridad declarada de un texto afrentosamente agregado a las Santas Escrituras, por el Vaticano, que disfrazadamente quiere justificar con una lógica barata en el versículo 39, no va de acuerdo con la Perfecta Santidad del Dios Todopoderoso, comparándola con 2Ti 3:16.

Abajo dejo un link acerca de los textos apócrifos.

http://es.wikipedia.org/wiki/Texto_apócrifo

Y como aficionado a la poesía que soy, también leía de poemas oscuros en que los modernistas se preguntaban qué había más allá de la muerte, y aferrados en esa moda ideológica triste, se arrancaban la vida, buscando ese "lucero" deseado...

Yo dudo mucho que esos hombres y mujeres de delicadas letras, hayan despreciado la lectura de la Santa Biblia, pero al final todo lo que hacemos en este mundo, el Señor nos lo juzgará:

2Ti 4:1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,

Rom 2:16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio. (Reina Valera 1960)


Bendiciones desde Ecuador

Carlos Julio

Anónimo dijo...

Carlos Julio: A lo de los Macabeos agrégale a tu exégesis lo anotado en la revista Dinners que he agregado al márgen a última hora. Creo necesario aclarar que en mis tres artículos sobre el suicidio y los suicidas no censuro ni apologizo. Simplemente lo presento como un hecho histórico innegable. Me llama la atención tu afirmación de que los dos Macabeos no sean inspirados por Dios y que sean producto de intereses vaticanos. Los Testigos, que son celosos de la Palabra en la Biblia, no los excluyen de las Escrituras Hebreas.
Cordialmente, Jorge Chaparro SAlgado

Carlos Julio dijo...

Saludos don_jorge

Con mucho respeto considero que el artículo de la mencionada revista es simplemente interpretación humana.

En lo personal, yo respeto mucho, ahora a mis 28 años de vida, todo tipo de opinión. Pero me cuido mucho de las interpretaciones de "eruditos" bíblicos que justifican hechos que son oscuros en la Biblia. Algunos pasajes no censuran ciertos hechos como el suicidio de Saúl, de Sansón, de Judas, etc. pero tampoco lo aprueba, ¿verdad?.

Los 66 libros que constan en las Biblias que son revisadas por las Sociedades Bíblicas Unidas, son los únicos generalmente aceptados por las denominaciones cristianas evangélicas, es decir, los que creen que Jesús es Dios y que YHWH Elohim inspiró las santas escrituras.

La secta de los "Testigos de Jehová", no reconocen la Divinidad del Señor Jesucristo (Juan 1:1) como está en Isaías 9:6, Juan 20:28 y varios pasajes más. Además tampoco le dan la autoridad del Espíritu Santo como una persona de la Trinidad, ya que cuando lo referencian en su supuesta traducción "fiel" del hebreo y griego, lo escriben en minúsculas, que va contrario a la Palabra de Dios como se cita en Hechos 5:3-4 donde se pone al mismo nivel el Espíritu Santo que Dios en la característica divina de omnisciencia (todo lo sabe).

Con mucho respeto y reverencia escribo esto, hacia cualquier persona, sea creyente o no, frío, tibio o caliente, pero tú ya me conoces en parte por mis comentarios, de que soy celoso de la Palabra, y cualquiera que la contradiga, no es digno de ser aceptado, porque es necesario primero obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos 5:29).

Y ningún teólogo por más erudito que sea puede contradecir la Santa Palabra de YHWH Elohim nuestro Dios y Señor, que prohibe expresamente en el pentateuco el asesinato y meditando un poco se entiende que el asesinato es hacia a otra persona o uno mismo:

Éxodo 20:13: No matarás. (RV60)

El verbo de la palabra hebrea râtsach o raw-tsakh', según el diccionario Hebreo-Español Strong, lo traduce como: despedazar, hacer pedazos, matar (a un ser humano), asesinar, aplastar, homicida, homicidio, matador, matar, morir, muerto.

Como hecho curioso, la Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras, publicado por Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania 1967, 1985, 1987, Editores Watch Tower Bible and Tract Society of New York, USA, (que no está revisado ni aprobado por las Sociedades Bíblicas Unidas), traduce el mismo pasaje de la siguiente manera:

Exo 20:13: No debes asesinar.

Con esto no estoy de acuerdo con la aceptación de libros apócrifos por parte de este grupo religioso. Lo que sí quiero destacar es cómo en algunas partes si traduce correctamente, no así en Juan 1:1 y otros pasajes antes citados.

Yo no me creo ni sabio, ni erudito, ni filósofo, ni científico, ni pensador, ni loco, ni fanático, ni nada parecido. Soy radical en lo que enseña la Biblia, y más aún no me contento con buscar un pasaje en una determinada traducción al español de La Palabra, sino que me remito a los originales del griego y hebreo y uso herramientas y diccionarios para salir de alguna duda.

Pero Exo 20:13 es aplastante con respecto a la interpretación del suicio. Dios rechaza enfáticamente aquello.

Si ahora vivimos en Cristo, andemos como Él anduvo y recordemos, para algún amable lector que pase por este sitio, que Dios quiere lo mejor para nosotros, pero el Enemigo de Dios y del hombre, sólo quiere destruirnos.

Con mucho respeto, un saludo fraternal, a la distancia, desde Ecuador.

Dios nos bendiga y proteja.

Carlos Julio

Anónimo dijo...

Carlos Julio: Es necesario hacer una rectificación a mi último comentario a esta entrada: Los Testigos de Jehová en la Biblia "Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras", que es la seguida por esa congregación cristiana, no incluye Los Macabeos ni los libros de Tobías ni Judith, contrario a lo que afirmé en el comentario que rectifico. Sí aparecen en la Biblia de Jerusalén. Entonces mientras para unos es Palabra de Dios, para otros no es palabra de dios.Entonces, nos preguntamos muchos de los no escogidos: ¿En qué estamos respecto a la unicidad de la inspiración divina? Cuando lo divino es constructo de los hombres, hay derecho a dudar... ¿o no?

Carlos Julio dijo...

Saludos Don_Jorge.

Todos somos los hijos de Dios cuando decidimos seguirle a Él.

El Señor no hace acepción de personas.

Los que pretendemos seguir a Cristo, debemos andar siempre prudentes como serpientes (Mat 10:16) y analizando las estrategias del enemigo que puedan confundirnos.

Con eso en mente ahora tenemos la más dura tarea de reflejar a Cristo y ser dignos imitadores de Él.

Bendiciones desde Ecuador

Un abrazo fraternal a la distancia.