domingo, 18 de marzo de 2007

Historia desconocida de San José


Cuando un curita viejo, buena persona él, llegó a nuestra reunión de prepensionados a “instruirnos” para un mejor desempeño cristiano en nuestros años terciarios, lo segundo que hizo luego del saludo a sus queridos hermanos fue entregarnos a cada uno una estampita colorida de la Sagrada Familia.

Yo, que siempre he sido medio retrechero a ciertas manifestaciones religiosas, volví a pensar en la situación por demás incómoda del pobre nonagenario José cuando el pueblo de Jerusalén se dio cuenta de que María, su esposa o prometida, estaba embarazada. Algo irreverente, me dije jocosamente para mis adentros que bien se justificó su santidad ante tamaña vergüenza. Algo así como el santo cachón del vallenato.

Mas la cristología no se plantó en esos chismes de cuadra y se los dejó para el futuro a National Geographic, History Channel o al Discovery. Según el
Diccionario Católico, cuando José llegó a Jerusalén a la convocatoria de los sacerdote para conseguirle esposo a María, que frisaba entre los 12 y 14 años, éste de casi 90 fue el escogido por su limpia hoja de vida.

Pero José ya era un hombre de experiencia conyugal con seis hijos en su esposa Meleha o Salomé con quien estuvo casado 49 años antes de enviudar. Esto es lo que dice uno de esos llamados evangelios apócrifos. Luego el viudo José fue escogido por los sacerdotes como futuro cónyuge de María. Mucho detalles de él se pueden leer en los apócrifos Evangelio de Santiago, Pseudo evangelio de Mateo, Natividad de la Virgen María, Historia de José, Vida de la Virgen y muerte de José.

Que si María quedó embarazada antes o después del desposorio fue cuestión que se discutió por siglos hasta que Tomás de Aquino, Santo Tomás, resolvió sabiamente el conflicto para bien del futuro cristianismo y para postrer tranquilidad de José: Fue el Espíritu Santo, revelado por un ángel en sueño del futuro patriarca de la Iglesia y antes de los desposorios. Ratificado el hecho por la anunciación del Arcángel a la propia ya Madre del Señor Jesús.

Ante tan divinos designios José, el carpintero o mecánico según la palabra hebrea tekton, prohijó a Jesús y fue cabeza de la familia según la historia sagrada bien conocida por los cristianos. Su nombre desaparece de los evangelios luego del episodio de la pérdida del Niño encontrado departiendo con los sacerdotes en el templo.

Según los apócrifos, José murió a los 111 años un 20 de julio del año 18 o 19 de acuerdo con el calendario copto; luego María ya era viuda cuando murió Jesús. No de otra manera lo explican los exegetas cuando interpretan una de las siete palabras del Moribundo en la cruz hacia su madre con olvido completo de José. Fue el calendario romano el que adoptó la fecha del 19 de marzo a cambio del 20 de julio.


Reconocer a José su puesto en las sagradas historias, opacado por la majestad de quien pasó a ser la Virgen María, fue un trayecto de siglos. Desde los tempranos inicios del siglo IV festejado por los coptos, quienes lo llamaron “José el carpintero”, hasta nuestros días, fue una verdadera odisea con multitud de altibajos. Mas su devoción se fraguaba lentamente. Fue así como el Carpintero de Belén se hizo patrono de los trabajadores en ciertas devociones para llegar a ser el Santo Patrono de la Iglesia Católica en diciembre de 1870.

Este es nuestro José que se recuerda los 19 de marzo de todos los años.

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