domingo, 4 de marzo de 2007

¿La encarnación de Jesucristo hoy?



A muchísimos, especialmente a los católicos y ciertos cristianos, les asusta esta posibilidad por que aún no tienen o no tenemos el conocimiento o la concepción de cómo ha de ser ese SER en quien se encarnará Jesús el Cristo de nuestra creencia.

Nuestra mente religiosa está tan canalizada, enmarcada y cuadriculada por siglos y milenios de doctrina cimentada en historias de terror, temor y sumisión, que se hace casi imposible imaginar la posibilidad de saltar las fronteras impuestas por las religiones. Quienes lo intentaron fueron torturados e incinerados en la edad media, deportados y silenciados aún en nuestros días. Entonces, pensar que Jesús el Cristo esté en la carne de un terrícola del siglo XXI no deja de causar cierto escozor degenerado en urticaria atacada de inmediato por quien se ha apoderado de las figuras de Dios y el Redentor.

¿Y por qué no pensar en la posibilidad de esa reencarnación? Si creo total o parcialmente en las Escrituras sacralizadas por los hombres, ¿qué me impide creer que Cristo está en mí, por que lo he buscado y lo he entronizado en mi ser espiritual, por que lo he encarnado en este cuerpo cuna de la espiritualidad? ¿Quién me impide o me prohíbe este estado de conciencia?

No creo tenga que importarme la censura de los hombres si al auto excomulgarme no he abjurado de Dios y del Señor Jesús. Luego tengo derecho a pensar y a actuar mas allá de esas fronteras del credo y del catecismo que han nublado, en ciertos apartes, por centurias el verdadero sentimiento cristiano. En cuestiones de religión afortunadamente se están derrumbando la tradiciones para dar paso en el transcurso de las centurias, en la natural evolución, a la deseada espiritualidad libre de hipotecas y “dueños de la verdad”.

Me ha llevado a escribir lo anterior la burda y lastimosa entrevista de un presentador de noticias de televisión a quien se proclama Jesucristo en la Tierra. No soy seguidor de este pastor paulino -¿Y qué si lo fuera? – de quien me llaman poderosamente la atención gran parte de sus planteamientos, seguridades y valientes señalamientos, aunque salidos de tono algunos. Cuando se suponía que la entrevista pondría por el suelo al líder de Creciendo en Gracia ante la católica intencionalidad del entrevistador, el efecto fue contrario. Más que entrevistador fue un preguntador de escaso éxito ante quien domina evangelios, epístolas, libros quizá sagrados, capítulos y versículos.

Mientras el pastor manejó temas de conducción, interpretación y disciplina espiritual a la luz de las Escrituras dentro de su personalísima concepción, el entrevistador con una crasa pobreza en conocimiento de los textos bíblicos atacó con preguntas pedestres que en cambio de consumir al pastor seguidor del Apóstol Pablo, lo que logró fue facilitarle el demostrar su autoridad muy personal, repito, en su convicción de predicador del evangelio que él llama de la incircuncisión y que sin duda arropa a miles de seguidores.

Nada ni nadie son dueños de la verdad absoluta en cuestiones de fe, incluido el pastor. Lo contrario es soberbia a un paso del fanatismo, incluido el catolicismo, entre otros.

Fotografías: Busto del Señor Jesús por mr.e's.mom en Flickr; Pastor José Luis, tomada de web Creciendo en Gracia.

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